Denominamos estresores a los estímulos, condiciones o situaciones que generan estrés. En el caso del ESTRÉS DIGITAL, identificamos y trabajamos sobre los más importantes:

  • LA CONECTIVIDAD PERMANENTE. Niños y adolescentes permanecen en contacto continuado con docenas de amigos y conocidos, independientemente del día de la semana y de la hora. Esta conexión solo se interrumpe durante las horas de sueño (cada vez más reducidas) o los horarios de clase. El aluvión de mensajes de Whatsapp, las fotografías de Instagram, los vídeos de TikTok, los correos electrónicos, los memes y las actualizaciones llegan de forma incesante, interrumpiendo cualquier tarea que se esté realizando. Al margen, hemos de añadir las horas de ocio digital dedicadas a videojuegos y series de Netflix, HBO y demás plataformas. Esto supone estar todo el tiempo pendiente de los demás, de sus comentarios, valoraciones, conflictos o actividades. En España esta actividad supone para la mayoría de los adolescentes una media de entre 3 y 6 horas diarias de dedicación.

  • LA FALSA MULTITAREA. Muchos alumnos tienden a alternar la realización de diversas tareas, a las que dedican solo unos pocos minutos antes de saltar a la siguiente. Esta falsa sensación de multitarea tiene al menos 3 consecuencias negativas bien estudiadas, que repercuten no solo en el rendimiento escolar sino en la capacidad de memorización, activando solo la memoria a corto plazo y produciendo una sobrecarga cognitiva. Nuestro cerebro tiene una capacidad finita para procesar información. La constante búsqueda de nuevos estímulos activa nuestro sistema de dopamina, que premia a nuestro cerebro cada vez que encuentra un estímulo nuevo, rompiendo la capacidad de concentración. Hoy en día consumimos cada día la información equivalente a 175 periódicos, lo que supone 30 veces más contenido que hace 30 años.

  • MIEDOS Y FOBIAS ASOCIADOS. El uso constante e indiscriminado de estas herramientas está generando fobias asociadas a la privación de la herramienta. Así, hay adolescentes que terminan desarrollando NOMOFOBIA, o miedo irracional a permanecer un intervalo de tiempo sin el teléfono móvil. En otros casos aparece el FOMO (Fear Of Missing Out) es una patología psicológica descrita como un miedo o aprensión a perderse algo de lo que sucede en los entornos digitales, pensando que otros pudieran estar teniendo experiencias gratificantes mientras uno está ausente.

  • PENSAMIENTOS IRRACIONALES Y DE FRACASO ANTICIPADO. Muchos alumnos que realizan un uso descontrolado de la tecnología tienden a pensar que puede suceder algo malo si no llevan el móvil: no podrán avisar a una ambulancia si atropellan delante de ellos a una persona y demás situaciones que la mayoría no ha presenciado nunca. Otros terminan creyendo que si no leen los mensajes de los grupos de whatsapp fracasarán en sus relaciones personales y se quedarán sin amigos. Terminan buscando todo tipo de justificaciones para continuar recibiendo los estímulos asociados al móvil.

Estos estresores llevan a niños y adolescentes a prestar una atención continua a su smartphone o a su tablet, sin llegar a desconectar mentalmente en ningún momento. Se sienten en la necesidad de comprobar sus estados cada pocos minutos y contestar a cientos de mensajes diarios, ver y valorar fotos y vídeos (likes), crear contenidos propios, etc.

Durante la sesión trabajamos con el alumnado proponiendo pautas que permiten afrontar la presencia de estas situaciones, y convivir con la tecnología sin suprimirla.

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